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martes, 6 de febrero de 2018

LOS CUATRO ELEMENTOS (TAMBIEN LLAMADOS DEMONIOS) LA CLAVE DE TU PERSONALIDAD




La Astrología es una herramienta de autoconocimiento y desarrollo de la personalidad, además de aportar una cosmovisión de la vida como unión de la energía del Cielo y la Tierra.
DESCUBRE TU ELEMENTO (DEMONIO)
La Astrología es un lenguaje de la energía cósmica, del ambiente del cual somos parte. La lectura del Cielo, de los planetas, las estrellas, los astros, y todo el movimiento que llega desde el Universo hacia nuestro Planeta Tierra, nos ayuda a conocer de qué manera estos factores influyen y modelan la energía de nuestra alma.
Sabemos que la unidad del Hombre y del Universo, y la totalidad y coherencia de la vida, se basa en la correlación energética del Microcosmos – Macrocosmos: el Universo entero es un sistema total, y dentro de la gran totalidad hay totalidades menores, como el Hombre. Bajo esta mirada, estudiando los ciclos y pautas de la totalidad mayor -del Universo-, podemos aprender acerca de los ciclos y pautas del Hombre mismo. Es decir, estudiando la energía del Universo descubrimos la energía del Ser Humano.
En este sentido, la Astrología nos permite conocer y describir la experiencia y unicidad del Ser Humano: porque somos hijos del Cielo y de la Tierra, y el Universo se manifiesta adentro nuestro; somos energía que fluye y se exterioriza a través de nuestra conciencia y de nuestra personalidad.
“Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”
La Carta Natal es un mapa simbólico de la psique humana individual. Estudiándola conocemos la energía que estaba presente entre el Cielo y la Tierra en el momento de nacimiento, el ADN cósmico.
Comprendiendo la Carta Natal, podemos descubrir la naturaleza de la semilla innata del Ser Humano, y delinear caminos para crecer y potenciar el desarrollo y evolución.
En este sentido, trabajamos con la Astrología Psicológica para conocer nuestra esencia natural como seres humanos y la dinámica de nuestra psique. Desarrollar esta mirada interior desde la cosmovisión astrológica, a través del conocimiento de nuestra propia Carta Natal, nos permite comprender cómo esa energía nuestra innata se manifiesta a través nuestro, de nuestra alma y personalidad, nuestras pautas y patrones de conducta, para darnos cuenta cómo fluye –o se bloquea- esa energía en las diferentes fases y escenarios de nuestra vida.
Desde este enfoque, claramente la Astrología es una herramienta puramente psicológica, que nos ayuda a desarrollar el potencial de crecimiento de cada persona individual y generar confianza en la totalidad.
Los Cuatro Elementos
El Fuego, la Tierra, el Aire y el Agua son los cuatro elementos de la naturaleza, y componen todas las estructuras materiales y tonalidades orgánicas que hay entre el Cielo y la Tierra.
Nosotros, como seres vivos, estamos también compuestos por estos cuatro elementos y conocer cómo se manifiestan en nuestra experiencia de vida es el punto de partida para conocer nuestra energía de base.

¿Cómo se manifiestan en nuestro Ser?
“La Astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad”.
Una de las bases fundamentales para la psicología jungiana es la categorización de las personas en cuatro tipos psicológicos. De acuerdo a su teoría, el consciente conoce cuatro modos principales de percepción, los cuales se expresan de manera diferente en cada individuo. Son las Cuatro Funciones de la Conciencia: la Intuición, la Sensación, el Pensamiento y el Sentimiento.
Por supuesto que las cuatro no son igualmente fuertes en cada individuo. Una función domina, mientras que las otras tienden a estar “subdesarrolladas”. Para poder volverse una totalidad, debemos desarrollar las cuatro funciones de conciencia, un trabajo profundo y consciente en pos del desarrollo de la personalidad.
-El Fuego se manifiesta a través de la Intuición.
-La Tierra a través de la Sensación.
-El Aire a través del Pensamiento.
-El Agua a través de los Sentimientos.
Teniendo esto en cuenta, el primer análisis astrológico de la personalidad deriva del balance de elementos en su Carta Natal. 

Por ejemplo, si una persona tiene una predominancia del elemento AIRE en su Carta Natal, su conciencia tiende a utilizar a la mente y al pensamiento como principal modo de percepción del mundo y la vida; con lo cual seguramente tienda a evadir los sentimientos pretendiendo controlar con la mente su mundo emocional.
Otro ejemplo: si en la Carta Natal de una persona hay una predominancia fuerte del elemento AGUA, el sentimiento será su función psíquica predominante y, por ende, tenderá a emocionalizar todo, incluso lo relativo a cuestiones laborales o profesionales, todo es emotividad porque esa es la principal lente o modo de percibir el mundo y la vida.
Luego de este balance de elementos, entramos en la matriz del Zodíaco en la Carta Natal, que es una pauta energética más específica.
Fuego: Aries, Leo y Sagitario. Energía radiante universal, energía que es excitable, entusiasta y luminosa. Dinamismo, espontaneidad, y una experiencia centrada en la identidad personal y espiritual. 
Los signos de Fuego dirigen su energía conscientemente hacia su propia voluntad de ser y de expresión libre.
Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. Energía centrada en los sentidos físicos y la realidad del aquí y ahora del mundo materialmente perceptible. Armonización con el mundo de las formas, de las estructuras visibles. Resistencia y persistencia, energía de preservación y conservación. Protección, estabilidad y seguridad. Los signos de Tierra concretan, son confiables, estables y cautelosos.
Aire: Géminis, Libra y Acuario. Energía vital que se asocia con la respiración, las ideas arquetípicas detrás del mundo físico, la energía cósmica concretada dentro de las pautas específicas del pensamiento. Los signos de Aire enfocan su energía en el mundo de las ideas específicas que no se materializaron aún, la teoría, las palabras, los vínculos y el pensamiento abstracto.
Agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. Energía intangible, reino de la emoción profunda y de las respuestas sentimentales. Intuición y sensibilidad psíquica. Los signos de Agua están en contacto con el inconsciente y con la unidad de toda la creación, la empatía hacia los demás está muy presente, como así también su vulnerabilidad. El elemento Agua corresponde al proceso de ganar consciencia a través de una comprensión lenta pero segura de los más hondos anhelos del alma.
LOS CUATRO PRINCIPES DE LA CORONA DEL INFIERNO Y LOS CUATRO ELEMENTOS.
Los 4 principes de la corona del infierno tambien llamado los 4 elementos infernales o simplemente los 4 elementos, son los que a continuación se ven:
SATAN: 

Elemento: Fuego (Infierno)
Dirección: Sur (calor, barbaridad)
Traducción: "oponente, adversario"
Características: Rebelión, resistencia, cambio, progreso. No puede haber ni cambio ni progreso sin rebelarse al status quo y resistirse a la resignación. La sumisión y el conformismo es el mayor enemigo de la evolución.
LUCIFER: 

Elemento: aire (estrella matutina)
Dirección: este (levantarse, surgir)
Traducción: "portador de luz", "bringer of light"
Características: 

Conocimiento, libre pensamiento, orgullo, iluminación También simboliza el cuestionar el conocimiento aceptado, ya que ninguna "verdad" puede remplazar a otra sin dudar de que la primera está equivocada. El estar seguro que el conocimiento lo eleva a uno sobre las masas; acorde con la noción de que "El Conocimiento es Poder."
BELIAL: 

Elemento: tierra (el suelo, la tierra)
Dirección: norte (fuerza magnética; el tener firmeza)
Traducción: "sin amo" (de acuerdo a LaVey..las fuentes difieren)
Características: independencia, autosuficiencia, la verdad de los hechos, fundamento/teoría de la magia. Cuando se trata de poner los puntos sobre las ies, eres tu mejor punto de referencia... así como tu mejor enemigo. 

El ser autosuficiente es conocer el poder de la no dependencia.
LEVIATAN: 

Elemento: agua (el mar) El elemento del agua en el satanismo se asocia con la vida y la creación y puede ser representado por un cáliz durante el ritual.
Dirección: oeste (se extiende hacia lo desconocido)
Traducción: "la serpiente de las profundidades" (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado) es una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás. El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo hoy en día de gran monstruo o criatura.
Características: emoción, intensidad, energía, práctica de la magia.

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